La defensora de derechos humanos y representante del Sindicato de Cuentapropista Independiente en Pinar del Río, Gisela Padin Perera, pretendía dirigirse hacia Buenos Aires, Argentina con motivo de un taller de capacitación, incitado por CADAL. La señora Padin solicitó su boleto como de rutina, y al llegar a la franja de emigración es retenida por la persona encargada e inmediatamente llamó al oficial en turno. Él la conduce hasta la oficina de emigración y allí le comunica que no podría viajar. La señora Padin solicita un argumento que confirmara tal comunicado a lo que alegan que ella debería saber. Sin más respuesta le entregó su pasaporte para que se retirara del aeropuerto sin lograr su objetivo.
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