Activista de la UNPACU fue arrestado, teatralizado y chantajeado para acusar falsamente a otro activista

El activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) Carlos Manuel Delgado Espinosa fue detenido por el mayor del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) Antonio Rodríguez y por el Capitán y jefe de sector Gianny Clape Rodríguez, cuando se encontraba en la casa de su suegra. El activista fue detenido porque supuestamente el sabía quién fue el que escribió en las paredes de la caseta donde se halla el bombeo de agua en el barrio de Bermejal. El activista fue detenido a la 1 pm y conducido a la unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) donde permaneció bajo un intenso interrogatorio por parte del jefe de enfrentamiento del DSE, el Mayor Alfredo Oliveros. Según se conoce, este oficial quien es muy conocido en el municipio por la crueldad con que trata a los activistas de derechos humanos y opositores políticos. El Mayor Oliveros quería que el activista le dijera que quién mandó a escribir los letreros anti gubernamentales había sido el activista Keyber Rodríguez. Sin embargo, el activista le dijo al oficial que él no podía afirmar eso porque él no veía a Keyber desde hacía más de 15 días, y que él no podía decir mentiras y menos contra un hermano de causa. El Mayor trató de chantajear al activista diciéndole que si no decía lo que ellos le estaban pidiendo lo iban a procesar por un delito de propaganda enemiga, porque ellos tenían pruebas de las veces que él había repartido impresos en las calles y también de las veces que había pegado pegatinas en lugares públicos de la ciudad. A pesar de las amenazas, el activista se negó a mentir por lo que el Mayor le dijo que lo iban a estar velando y que cuando cometiera el más mínimo error lo iba a lamentar toda la vida, que se acordara que ya él tenía un expediente abierto y que lo único que faltaba era que lo llevaran a la fiscalía, que no se preocupara que ellos iban a encontrar al que escribió el letrero. El activista fue liberado a las 9 pm después de pasar más de 9 horas bajo un intenso interrogatorio donde no faltaron las amenazas, los maltratos psicológicos, las ofensas de todo tipo (incluso contra miembros de su familia más allegada, que lo afectaron particularmente por haberse referido directamente contra la moral de su hija). Además, fue advertido de que si se enteraban de que él era quien había escrito los letreros o sabía quién era el autor, también iba las consecuencias y que iban a estar pendientes de él.