Alrededor de las 10:00 pm del 21 de octubre de 2018, el policía de nombre Simón se encontraba vestido de uniforme sentado en un banco frente al servicentro Oro Negro (estación de bombeo de combustibles para autos), en las calles Trocha y Carretera de Morro de ciudad Santiago de Cuba. Desde una casa situada a unos 15 metros de donde se encontraba el policía, salió la señora Miladys acompañada de su esposo José Enrique Monier, el policía llamó a Miladys y le realizó numerosos cumplidos. El esposo empezó a reclamarle al policía delante de varias personas allí, luego de requerir al policía, siguió caminando con su esposa, cruzó la calle y se alejó del lugar. El policía siguió a la pareja de esposos, los alcanzó a unos 150 metros del lugar, tomó por la espalda al señor José Enrique Monier y empezó a golpearlo salvajemente. La víctima cayó a los pies de su esposa quien aterrada dio gritos desesperadamente. El policía esposó a la víctima mientras estaba boca abajo sobre la acera de la calle, se irguió y prosiguió golpeándolo dándole patadas o puntapiés por las piernas, costillas, cara y cabeza provocándole serias heridas. Las personas que pasaban por allí le gritaban al policía que parara. Luego el corpulento policía arrastró a su víctima unos 60 metros y lo esposó esta vez las manos a la cerca del servicentro de combustible “Oro Negro”, ya allí llamó a un auto policial patrullero para que viniera a llevarse a la víctima, mientras el patrullero llegaba, el policía empezó a golpear a la victima de nuevo. La víctima nunca tuvo la oportunidad de defenderse. Al llegar el carro policial condujeron al señor Monier a la 2da Unidad de estación policial en Santiago de Cuba, donde estuvo dos días sin recibir asistencia médica alguna. Al tercer día lo trasladaron hacia la estación territorial de la policía conocida como “El Micro Nueve” en ciudad Santiago de Cuba, donde a los dos días y medio empezaron a prestarle asistencia médica ya que su esposa había ido al Departamento de Ciudadanía a quejarse de la falta de asistencia médica a su esposo. Luego le acusaron falsamente del delito de atentado a la autoridad y fue sancionado a ocho años de privación de libertad en la cárcel de Mar Verde en Santiago de Cuba. El certificado médico al que tuvo acceso el abogado del caso, nunca se presentó en medicina legal, ni en el juicio en contra de la víctima. Como consecuencia de los golpes recibidos, el señor Monier Quevedo quedó con fuertes dolores de cabeza y cojo de una de sus piernas.
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