El 24 de febrero, sobre las 9.00 am activistas del Movimiento Cubano Reflexión (MCR), entre los que se encontraba Adairis Miranda Leyva, se manifestaron a favor de la liberación de José Daniel Ferrer García, Roilán Zárraga Ferrer, Fernando González Vaillant y José Pupo Chaveco en uno de los boulevares de Holguín. Dos días después, el 26 de febrero, en horas de la mañana, repitieron otro accionar de las mismas características y exigencias frente a su vivienda, con el propósito de avanzar hasta el tribunal, pero el cerco de represores se los impidió. En la tarde de ese mismo día, la activista y su hermana protagonizaron otra exigencia cívica frente a la sede provincial de Óptica y Farmacia, situada en calle Miró # 84 e/ Frexes y Martí de esa ciudad, demandando la eliminación del robo a dos manos entre empleados y directivos, entre otros, de las almohadillas sanitarias íntimas, en la farmacia de la calle Libertad esquina Cables, donde está asignada su familia. Los tres activistas fueron arrestados ese mismo día. La detención se acompañó de una brutal golpiza, vejaciones y demás brutalidades policíacas. Permanecieron unas 72 horas detenidos, la víctima estuvo recluida en el centro policial de instrucción Procesamiento Penal. Además, tanto a ella como a su hermana se les suspendió el servicio de agua por 48 horas, no se le entregaron las sábanas para protegerse de las bajas temperaturas, se le suspendió el acceso al colchón durante las primeras 12 horas y no la dejaron dormir con las incesantes amenazas de muerte y golpizas, ambas cuestiones, extensivas al resto de su familia. Tanto ella como los demás activistas se mantuvieron en huelga de hambre todo el tiempo. Al llegar a la sede provincial de Óptica y Farmacia los activistas fueron maltratados de palabra por los jefes Amarilis Ricardo Santiago, Rafael Antonio Escobar Concepción e Idania (una alta funcionaria). Un tiempo después llegaron los grupos de respuesta rápida, quienes ofrecieron matarlos a golpes. También se presentó la patrulla 483 con el oficial Evelio del Departamento de Seguridad del Estado (DSE), y el teniente coronel y jefe provincial de la policía política, conocido como Alejandro, quienes encabezaron a una tropa de policías y chivatos, los cuales le propinaron una golpiza brutal a Adairis y a su hermana. En la golpiza las proyectaron contra el piso, les dieron patadas y piñazos e intentaron ahorcarlas, así como reventarles la cabeza contra el pavimento. La activista y su hermana fueron esposadas atrás y lanzadas con furia contra la patrulla. En la 1ra Unida (El Anillo) fueron nuevamente abofeteadas, les escupieron la cara, las ofendieron y fueron amenazadas de muerte. En la calle Coliseo les volvieron a golpear y les echaron spray en el rostro. La teniente Ordoñez las golpeó varias veces y les gritaba “churrosas, miserables” y demás improperios; el jefe de la Guardia Operativa, apellidado Jardines, acusaba a las detenidas por delitos comunes para que les reventaran las cabezas, y decía que obtendrían beneficios en sus respectivos procesos penales.
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Sap66A/event/628