Casa atacada por la policía por ser contrarrevolucionarios

La víctima estaba en la casa de su esposa cuando le llaman y le dicen que es un "maricón" (forma despectiva para llamar a alguien homosexual en Cuba). En ese momento apareció grupo policial de respuesta rápida dispuestos a hacerle un acto de repudio. Le gritaban llamándole mercenario, contrarrevolucionario, loco, vende patria y le amenazaron con pegarle cuando saliese de su casa. El grupo disponía de palos y de un trapeador. También le tiraban piedras a la casa, en la cual se encontraba el hijo menor de la víctima. Aparte de las piedras también le tiraban heces y orina escondida en un orinal. A la esposa de la víctima le gritaban obscenidades. El hijo de la víctima, menor de edad, sufre trastornos nerviosos que son secuelas de las represiones gubernamentales que sufre su familia desde que era pequeño. Desde el último ataque el hijo no ha podido dormir pensando que le van a matar a sus padres. La víctima ya no puede seguir administrándole más benzodiacepinas ya que crean adicción.