Periodista y su familia amenazados por agentes estatales encubiertos



En horas de la mañana, los agresores se presentaron en la vivienda del periodista y activista Roberto Rodríguez, diciendo que eran unos opositores del Municipio de Palma Soriano, Provincia Santiago de Cuba. En ese momento, en la casa estaban el activista, su esposa y su hija de 4 meses de nacida. Al preguntarles que querían, comenzaron a hablar en tono descompuesto y en voz alta, intentando desmoralizar al periodista y su familia ante vecinos y transeúntes, alegando que venían para cobrarle un dinero, y que si no lo pagaba le iban a dar una golpiza tal que no iba a poder ni levantarse y luego se iban a meter en la casa a llevarse el televisor y todo lo que se encontraran de valor, hasta que ellos creyeran suficiente para cubrir la supuesta deuda y luego iban a desbaratar lo que quedara. Afirmaron también que el activista y su familia no eran opositores ni periodistas, sino unos descarados vividores del dinero de la oposición. Todo el tiempo estuvieron ofendiendo y amenazando al activista, para que él reaccionara y pudieran así golpearlo. La esposa del activista intervino a los que los individuos reaccionaron ofendiéndola y volviendo a amenazarlos con que tenían que pagarles o si no iban a volver y prenderle fuego a la casa y romperles la puerta a pedradas, tantas veces como fuera necesario, hasta que les pagaran. Los dos atacantes estaban acompañados por otras siete personas más, dos de ellos estuvieron grabando con teléfonos todo lo que estaba pasando, los otros cinco se mantuvieron formando un grupo a una distancia prudencial, simulando arreglar una bicicleta. De acuerdo con lo dicho por el periodista, al día siguiente, algunas personas aseguraron que los dos que grababan eran agentes del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) y que de los otros cinco, al menos cuatro eran policías de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), vestidos de civil. Aproximadamente quince minutos después llego un auto patrulla que los condujo a una unidad del DSE. A pesar de que estos agentes habían identificado a los atacantes, se negaron a darles sus nombres para poder hacerles una acusación formal por agresión y amenazas. Aun frente a las autoridades, ambos atacantes continuaron amenazando al periodista, pero jamás fueron requeridos por ello. Más adelante uno de los atacantes, volvió a amenazarlo diciéndome que no se atreviera a llamar a Palma Soriano para aclarar las cosas, porque si lo hacía, ellos se iban a enterar e iban a volver en cuanto pudieran y le iban a caer a golpes. Para ese momento había entrado a la oficina otro oficial de la DSE que se hace llamar Ramiro, pero al que se refirieron como “Mellizo”. Al escuchar esa última amenaza, el activista les aseguró que si iba a llamar a Palma para aclarar las cosas, en ese momento Ramiro lo tocó por el hombro y le dijo, apoyando la amenaza, “Mira Roberto, aconséjate y hazle caso, para que te evites más problemas, capaz que vuelvan y le las veas peor”, a lo que el agresor agregó, que volverían el próximo viernes 21 de diciembre a buscar el dinero.


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